Una noche de noviembre de 1968, los hermanos Menie reciben una llamada telefónica de su amiga Cynthia Muraña…
Se ha cometido un crimen en un departamento de la calle Merced; la víctima es un gringo amigo de Cynthia, compañero de juerga esa noche. Los Menie recogen a Ángel Pedreros, narrador de los sucesos, y toman el trolebús en la avenida Irarrázaval, prestos para socorrerla, con lo cual se inicia un peligroso recorrido por los lugares nocturnos del Santiago de entonces: la peña de Los Parra, el bar Torres, el Bim-Bam-Bum, los lupanares de calle San Martín, el cerro Santa Lucía. La única testigo del asesinato es una misteriosa y hermosísima rusa, tras quien parten para proteger a Cynthia. La persecución los lleva al mundo de la droga, el lumpen y la perversion santiaguinas, hasta desembocar en una improvisada inhumación en el lugar más inverosímil de la dormida ciudad.